Archivo de la categoría: ELUCUBRACIONES

VIAJANDO AL FUTURO

 

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Los últimos descubrimientos desvelados por el observatorio hispano.alemán en Calar Alto (Almería) le hacen a uno reflexionar.

Ya es oficial, y así se publicará próximamente en la prestigiosa revista Astronomy & Astrophysics Letters. El primer exoplaneta (planeta que no gira en torno a nuestro sol) descubierto; por desgracia moribundo y denominado Klepler-91b, cuya masa es ligeramente inferior a la de Júpiter, disfruta de sus últimos días de existencia a punto de ser engullido por su sol, ahora convertido en Gigante Roja.

 

Kepler 91b 2 Kepler 91b

Tras finalizar las discrepancias surgidas entre investigadores, gracias a la “técnica de la velocidad radial” (no seré yo quien explique tal técnica), al parecer, ya no cabe duda alguna.

Sabemos que existen cientos de millones de estrellas en nuestra galaxia y miles de millones de galaxias, por lo que el número de exoplanetas que existen es innumerable y, para uno que se logra encontrar, se muere.

Consciente de que más bien tarde que temprano, nuestra estrella luminosa, sin la cual la vida en nuestro planeta no existiría, acabará por convertirse en Gigante Roja y, por tanto, atrapará en su crecimiento exponencial sin resistencia alguna a todos los planetas de nuestro sistema solar, sin excepción; obtenemos una visión clara y detallada de lo que nos depara el futuro.

Tardaremos más en obtener respuesta a otra de las enigmáticas preguntas  que la humanidad se plantea desde tiempos inmemoriales: ¿de dónde venimos?

Hacia dónde vamos empieza a estar más que claro; y no me refiero a nosotros como especie, pues ahora sí, más antes que después, ya sea por la siguiente glaciación o por nuestra enorme capacidad para auto-destruirnos , no tendremos tiempo de sufrir tal desenlace.

Conformémonos pues con disfrutar del lapsus inapreciable de vida que brincamos por nuestro precioso planeta e intentemos cuidarlo mientras dure. Soñemos pues, que los que nos sigan, hagan lo propio.

Se da uno cuenta de lo insignificantes que podemos llegar a ser y lo afortunados que somos.

http://www.20minutos.es/noticia/2212369/0/investigacion/kepler-91b/exoplaneta/

 

Y después…

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Hoy conversaba con mi compañero de trabajo sobre la existencia de algo más, de una vida detrás de la muerte. Aseguraba desde el punto de vista más científico posible que nada puede haber. Como buen médico, aludía a cuestiones científicas indiscutibles sobre el funcionamiento de nuestro cerebro. Los intercambios químicos y eléctricos que sufren las neuronas en nuestro cerebro son una vez más la respuesta a todas las dudas sobre posibles experiencias paranormales, contactos con seres de luz, etc. Que buscamos en la inseguridad de nuestra existencia justificaciones para no caminar por el sendero de nuestra corta vida con la certeza de que no hay nada más. Situación que, emocionalmente, nos impediría mantener la cordura necesaria para afrontar el día a día con esperanza, ilusión o planes de futuro. Más o menos el creer en algo, tener fe, sería un método de autodefensa de nuestro propio organismo para resistir una vida con un final predecible y finito. Polvo al polvo.

Me he posicionado, siempre desde el respeto y la transigencia, valorando qué opción podría ser más interesante para dudar de tal afirmación con una argumentación plausible. Le he hablado del conjunto, del todo y del uno. Si aparcamos el ego del propio ser humano como único y por ello con derecho a reivindicar, cerca de la elucubración, lo que es o no real, le he invitado a ver a través de un todo común. Creo que debemos una vez más mirar desde lo más alto. Desde cualquier punto lejano de nuestra galaxia sería sencillo cambiar de postura. Si nos paramos a pensar que vivimos en un pequeño planeta entre cien mil millones de estrellas…, me explico: si no somos conscientes de que formamos parte de algo tan inmenso y magnífico, algo tan brutal que a día de hoy nos es imposible imaginar en nuestro limitado conocimiento o capacidad de asimilación, nunca encontraremos respuestas. Para mí formamos parte de una gran cadena hacia la evolución universal y todo, absolutamente todo tiene un por qué. Morirse sería un proceso más, hasta insignificante si me apuráis.
¿Qué hay después? No me preocupa. No me creo imprescindible. Creo que una buena respuesta sería no esperar la muerte como un fin, ni como el principio de otra cosa. Deberíamos vivir buscando lo que interiormente nos dicte nuestra conciencia. A nivel individual el ser humano es increíble. Universalmente un grano de arena en el desierto de la propia existencia. Uno más, pero desierto al fin y al cabo.
Observo a mi compañero y creo adivinar sus pensamientos: Otra amalgama de intercambios químicos entre neuronas.

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CAMBIAR EL MUNDO ES POSIBLE

080320081354Quien no ve porque no mira, no comprende ni encuentra. Sumido en el desconcierto  critica hasta el aire que respira. Cuestión de actitud. Creamos a cada momento situaciones con nuestros actos, palabras, gestos. Cambiar el mundo es posible, cambiando pequeños episodios de nuestra historia, de la que somos protagonistas, de nuestro espacio. Nos rodeamos de quien queremos y con ellos convivimos en mayor o menor armonía, pero sólo depende de nosotros la consecución favorable de nuestras vidas y el significado pleno que ha de tener para cada uno nosotros.

Podemos mirar para otro lado, pero todos sabemos que hay más. Algo que nos empuja a seguir avanzando, luchando por ser mejores y sentirnos mejor.

SOBRE EL PUENTE

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Un pantalón dormita sobre el muro. Sin futuro, a merced del viento que lo zarandea peligrosamente. Debajo un incesante ir y venir de vehículos de todo tipo colapsan la M-30. Una de esas llamadas arterias de la capital de España que circunvala el centro de la ciudad favoreciendo la movilidad del personal. Me dirijo a mi puesto de trabajo y, sorprendido, cavilo sobre las circunstancias que han llevado a quien corresponda, para abandonar, si es que ha ido así, tal prenda de vestir. Hace frío, encojo los hombros y me alzo el cuello buscando cerrar cualquier fisura por donde el aire frío y traicionero consiga hacerme temblar. Adivino una noche de pasión incontrolada, pero enseguida desaparece esa opción de mis pensamientos. Demasiado frío, e incongruente volver a casa sin pantalones. Quizá un atraco desmesurado, hasta humillar al portador del pantalón obligado a continuar en ropa interior desvalijado y seguro que muy cabreado. Luego sonrío, un suicidio textil no tiene cabida. Me río de mis propias ocurrencias. “¡No, no lo hagas! ¡Todo tiene solución! ¡Siempre hay una falda perdida para un pantalón abandonado!” Dejo de desvariar. Casi he llegado. Doblo la esquina y un cojín burdeos de terciopelo bien cuidado y abultado reposa sobre la acera. Los viandantes lo esquivan, mientras siguen hablando por teléfono o absortos en múltiples y diversos pensamientos. No puedo evitar sonreír de nuevo. Mi imaginación elucubra varios y potenciales posibles motivos para tal abandono. Pero ésta… es ya otra historia.

 

TIEMPO

080320081354Absolutamente todo gira en torno al tiempo. Un hecho tan común para todos, como insólito si es analizado. Discreto, pero implacable, decide los acontecimientos de todo el universo por toda la eternidad. Nadie puede evitar sucumbir a él. Es responsable de lo bueno y lo malo; de la muerte y la vida, del día y la noche. Lo es absolutamente todo. Trabajamos por tiempo. Disfrutamos de él y nos pasa factura al final de nuestra existencia. Le brindamos pleitesía de obligado cumplimiento. Antagonista de la libertad, nacemos atrapados en él. Poderoso es el tiempo. Entiendo pues al hombre en su guerra particular por comprenderlo, dominarlo; ser dios. Todo el poder es recibido en su seno. Ni siquiera el espacio con toda su complejidad e inmensidad sería siquiera relevante sin el soporte, la base, lo único que domina y responde por todas las dudas de ayer hoy y siempre: El tiempo.

Se me ocurre que, lo más inalcanzable coincide con lo intangible; imposible de atrapar o destruir, como su antagónico natural. Tan poderoso e indestructible, el amor, intemporal, no claudica.

 

EMILIO CARRILLO EN SEGOVIA

Emilio CarrilloEmilio Carrillo, Economista, Experto Internacional en Desarrollo Local por Naciones Unidas y Técnico de la Administración General del Estado, tuvo la consideración de iniciar el pasado día 12 de septiembre, la presentación de su última obra en Segovia. De la mano de La Editorial Nous que, dirigida por Javier León, sigue comprometida en publicaciones de fuerte trasfondo y de alta calidad, las cuales van más allá de la mera lectura de entretenimiento, con la nueva publicación, “Dios”, de nuevo podemos disfrutar de un libro de los que  calan hondo, te pueden cambiar la vida y, desde luego, tu manera de enfrentarte a los diferentes avatares de cada día.

Emilio nos brindó la posibilidad de volver a escucharle en una de sus amenas e interesantes conferencias. Gran pensador, concluye que la existencia de Dios, se presume en todos y cada uno de nosotros. Que formamos parte de él, y él, somos  nosotros. Nos habló de un nuevo ciclo de la humanidad que nos une sin prejuicios ni condición con el todo y, de esta manera con nosotros mismos.

Una idea moderna y atrevida, pero la más razonable de las versiones de la existencia de algo que responde por todos, y que no es necesario amar o temer en la distancia, como hasta ahora y a través de los siglos, se nos ha hecho creer.

Formamos parte de un todo, y como tal, en nuestra mano está el poder de cambiar las cosas. Apta para cualquier cultura religiosa, siglos antes de la inevitable manipulación del hombre. Incluso para ateos o agnósticos si es que se plantean en algún momento su propia existencia.

Siempre la realidad supera a la ficción y, en este caso, lo simple parece ser lo correcto. Palabras como amor, nivel de consciencia o meditación, se intercalan divinamente en frases construidas desde el corazón por una gran comunicador y mejor persona.

EL GRAN VIAJE

080320081354 Permanece tumbado en la cama donde tantas horas descansó. Las energías lo abandonan. Siente como se cierran sus pulmones. Oye muy lejos a su familia, que intenta que el momento sea los menos trágico posible. Pensamientos en retazos. Esos que nadie quiere escuchar de un viejo. Pero siente paz. Llega el momento de abandonar para siempre a sus seres queridos. Dejar una vida que pesa demasiado para su deteriorado corazón. Una gran presión en el centro de su pecho. Un dolor insoportable y fugaz. Un viaje por empezar. Una luz blanca lo deslumbra, siente la necesidad de acercarse a ella. Es pura, limpia, fresca. Detrás, una familia rota por el dolor. Duda si quedarse para seguir de cerca el futuro incierto de sus hijos, mujer, amigos… No, decide que ya ha vivido lo suficiente como para quedarse. Una sensación de bienestar le embriaga. Parece volar en un haz de luz. Deprisa, tan veloz, que ya es tan sólo otro rayo más de la gran luz blanca que le envuelve y protege. Se detiene entre nubes de un mar desconocido. Cientos de miles de seres de luz le acompañan en su travesía, sin saber aún hacia donde se dirige. Sus nuevos compañeros de viaje se van quedando atrás, rezagados, perdidos o desorientados. Ve al fin la meta. Algo cilíndrico y enorme llama su atención. Corre hacía ello con perseverancia. Tiene energía y, en su interior, algo le dice que es el momento de atravesar la capa exterior que lo separa de su objetivo. Un último esfuerzo y lo alcanza. Exhausto flota hacia el centro de su átomo particular, como un iris trasparente, una gigantesca medusa que lo acoge agradecido. Conecta de tal manera en este nuevo sistema que se hacen uno. Experimenta cambios, crece, parece desarrollarse de nuevo. Se convierte en un nuevo ser. De pronto la paz desaparece, algo le empuja hacia un agujero que no quiere alcanzar, sufre, desea quedarse en su felicidad, agradecido, pero sigue avanzando hasta ser expulsado a un nuevo mundo. Comienza a llorar, siente hambre, frío, y una necesidad imperiosa de calor humano. Mama por primera vez la leche de la vida. Ha vuelto a nacer.

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UNA GRATA CONVERSACIÓN

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Diez centímetros más bajo de estatura que a los cincuenta, pero enorme de corazón; Paco, un anciano de ochenta y nueve años, se esforzaba por narrarme su experiencia tras una vida de sufrimiento, hambre y mucho trabajo.

Sin perder un instante la sonrisa, presumía de haber sobrevivido a la nefasta Guerra Civil que asoló nuestro país cuando él contaba la friolera edad de doce años. De la mano de su padre, recorrían La Moraleja en busca de los frutos que les brindaba la arboleda, custodiada fielmente por el guarda de campo, el cual, siempre esperaba a que llenaran el saco para requisarlo sin contemplaciones. –“Hojas de árbol he comido yo del hambre que he pasado”Sus ojos brillaban indagadores, buscando mi reacción.

 -En el año treinta y nueve, por suerte, me dirigía a la Puerta del Sol de Madrid, cuando un vehículo oficial descapotable que lucía entre vítores la bandera nacional, se detuvo en la plaza. Los pocos transeúntes que recorríamos sus aledaños, personas de avanzada edad y niños principalmente, nos agolpábamos desesperados entre codazos y pisotones por recoger del suelo los mendrugos de pan y latas de sardinas que, desde el vehículo, nos lanzaba un cura. Yo no sabía si eran los buenos o los malos, pero todavía recuerdo lo ricas que me supieron las sardinas y la de codazos que tuve que dar para conseguirlas-

Mientras escuchaba fascinado un fragmento de la historia de nuestro país, vivida en primera persona por Paco, su mujer, de ochenta y cinco años, me insinuaba con gestos que no hiciera caso a su marido, que ya le fallaba la memoria. Paco sonreía de nuevo y regalaba con cierta ternura una afirmación, asintiendo con un leve movimiento de cabeza; mientras, se acercaba un poco más a mí, pues Lucía, su señora, le regañaba una y otra vez por levantar tanto la voz.

Treinta y cinco años de duro trabajo en una fábrica, compatibilizado con pequeñas obras y chapuzas por las tardes, fueron suficientes para conseguir sacar adelante a sus tres hijos. Hoy, disfrutan tranquilos de su hogar. Un precioso chalé que fueron ampliando con los años. –Ahora nos sobra sitio, nuestros hijos tienen sus vidas y sólo deseamos vivir lo suficiente para disfrutar algunos años más de nuestros nietos

Paco me acompañó hasta la entrada e insistió en enseñarme el jardín. Me ofreció su casa, invitándome de corazón a visitarles y merendar con ellos cuando se me ofreciera.

Para mí sería un honor volver a escuchar fragmentos de una vida tan interesante y tan repleta de momentos para recordar.

INDAGANDO POR LA WEB

Indagando por la web, mis dedos me sumergieron en decenas de páginas promovidas y encaminadas a la ayuda de familias, especialmente con hijos a su cargo; con información sobre opciones de conseguir vivienda, y, quizás también, trabajo en poblaciones abandonadas o cerca de desaparecer por falta de población. Sus ayuntamientos ofrecían alquileres muy baratos, ayudas para la alimentación y escolarización de sus hijos, a cambio de que se empadronen y comiencen una nueva vida en aldeas perdidas de diferentes comunidades de España.

Inmediatamente después se abría un foro de solicitudes y peticiones. Daban ganas de llorar. Por cada oferta, centenares de parejas, familias, inmigrantes e incluso jubilados en condiciones de pobreza absoluta, más allá de la desesperación, rogaban por ser los elegidos. Tan sólo deseaban un techo para sus hijos. Dispuestos a trabajar en el campo o cualquier otra ocupación a cambio de las ayudas prometidas y un hogar donde criar a su prole.

Podemos seguir mirando hacia otro lado; tarde o temprano será un primo, un hermano o tú mismo al que le llegue una situación parecida. No todos disfrutamos de la suerte del respaldo de una familia que mejor o peor nos ayuden a superar esta crisis inmerecida e injusta.

No quiero pecar de demagogia, desde luego no es mi intención. Harto estoy de conocer amigos que abandonan sus vidas, sus familias, sus estilos de vida, ávidos de respuestas y una vida mejor que justifique al menos los años dedicados a formarse y especializarse. No se puede ofrecer un puesto de comercial por 500 euros más comisiones, coche por tu cuenta y dietas a discutir.

Deseo que el tiempo ponga en su sitio a los empresarios oportunistas que abalados por la situación, ofrecen sueldos indignantes, conscientes de que te guste o no, no existe otra opción. Jóvenes sobradamente preparados, ejerciendo de vendedores de pizzas o recogiendo mesas en cualquier establecimiento de comida rápida. ¿Es o no exasperante?

Corrupción, prevaricación, tráfico de influencias, sobornos.. Nuestros impuestos son ninguneados al libre albedrío de los poderosos, los que nosotros hemos aupado en sus tronos. Un país gobernado por grandes empresarios que obligan a sucumbir a políticos, pues ellos pagan sus campañas electorales, aseguran su futuro con puestos elevados en cualquiera de sus empresas al terminar su legislatura. A cambio…la traición del pueblo.

 

HACIA DONDE VAMOS

Miradas oscuras. Sandalias de oro con miradas que observan de soslayo. Arrogantes, gallardos, desafiantes. Humanidad que se consume podrida de rencores, envidias y temores. Soberbia. Ser más, tener más, desear lo de los demás. Identidad del hombre. Salir primero en un semáforo, no dejarte adelantar, ser más listo, importante o espabilado que tu prójimo. Ganar más, presumir, admirar. Sensación de superioridad que engorda mofletes de poder sin límites. Tremendas carencias, fosas sépticas de heridas y traumas nunca olvidados. Dolor soportable si es mayor el de al lado. En ocasiones me avergüenzo de ser humano. Odio como buen humano que soy nuestros defectos inherentes, arraigados en lo más hondo de mi ser y de el de cada uno de vosotros. No seamos cretinos, tan pobres de espíritu, al menos la mayoría. Nos cuesta amar sin peros, querer sin confiar, creer sin ver, a donde vamos…

No es melancolía, es que miro y no me gusta lo que veo. Faltan sonrisas, sobran caretos de “tú que miras”, “a mi lado no”, “soy más fuerte que tú”. Prefiero “hola soy…”, “aquí hay sitio”, o “juntos podemos”. ¿Lograremos ver detrás de nuestros viciados ojos? La satisfacción personal no es gratificante si has pisado, trepado y manipulado. Tendrás tu merecido cuando duermas en tus pesadillas, cuando sufras dolor sin entender de donde viene, cuando nunca recibas un “Te quiero” desinteresado. ¿Por qué es tan importante ser alabado, admirado o deseado? Prejuicios socializados que permanecen fuertes en nuestras cortas y precarias vidas. ¿Cuál es la meta? No lo entiendo.