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NADIE HABLA DE ISLANDIA

 

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Sumergidos por completo en la mayor crisis económica del país, vivimos confiando en que políticos a las órdenes de presidentes que, de miedo, congelan cualquier idea de cambio en  gestión económica, solucionen, sin atacar el problema de raíz, nuestra paupérrima cartera.

Cuando los bancos quiebran tras correr grandes riesgos de millones de euros invirtiendo con nuestros ahorros, planes de pensiones, cuentas corrientes, etc. y, tras haberse enriquecido notablemente a cambio de intereses vergonzosos, nadie habla de Islandia.

El único país que ha juzgado a su primer ministro por grave traición, tras firmar el compromiso de devolver con patrimonio y dinero público el adelanto de países como Gran Bretaña, evitando así el pánico general, en la devolución de lo que era suyo a los ahorradores, trabajadores y pensionistas que de la mañana a la noche no tenían garantizados sus ingresos de muchos años atrás por la irresponsabilidad de los bancos, ha sido Islandia.

Las grandes crisis económicas de la historia se han resuelto con terribles guerras donde millones de ciudadanos dieron su vida por salvar a sus respectivas patrias de la decadencia de la que no eran responsables. En el siglo XXI la guerra es económica. Con la prima de riesgo y la compra de deuda de los menos ricos, dependeremos durante generaciones de países como Alemania, a los que rendiremos pleitesía generación tras generación.

Es posible cambiar las leyes cuando se trata de una situación de emergencia. Tenemos derecho a un referéndum sobre el pago de una deuda con dinero público, es decir, de nuestro bolsillo, ya sea a través de más impuestos, reducción de salarios, subida de IVA y, la peor de todas vendiendo nuestro patrimonio, el de todos, a empresas privadas carentes de escrúpulos, cuya única intención es seguir enriqueciéndose a costa de los derechos de los trabajadores. Pura mano de obra. Pobre de los que creímos en un futuro diferente, evolucionado, justo y equitativo. Vamos de mal a peor.

 

INDAGANDO POR LA WEB

Indagando por la web, mis dedos me sumergieron en decenas de páginas promovidas y encaminadas a la ayuda de familias, especialmente con hijos a su cargo; con información sobre opciones de conseguir vivienda, y, quizás también, trabajo en poblaciones abandonadas o cerca de desaparecer por falta de población. Sus ayuntamientos ofrecían alquileres muy baratos, ayudas para la alimentación y escolarización de sus hijos, a cambio de que se empadronen y comiencen una nueva vida en aldeas perdidas de diferentes comunidades de España.

Inmediatamente después se abría un foro de solicitudes y peticiones. Daban ganas de llorar. Por cada oferta, centenares de parejas, familias, inmigrantes e incluso jubilados en condiciones de pobreza absoluta, más allá de la desesperación, rogaban por ser los elegidos. Tan sólo deseaban un techo para sus hijos. Dispuestos a trabajar en el campo o cualquier otra ocupación a cambio de las ayudas prometidas y un hogar donde criar a su prole.

Podemos seguir mirando hacia otro lado; tarde o temprano será un primo, un hermano o tú mismo al que le llegue una situación parecida. No todos disfrutamos de la suerte del respaldo de una familia que mejor o peor nos ayuden a superar esta crisis inmerecida e injusta.

No quiero pecar de demagogia, desde luego no es mi intención. Harto estoy de conocer amigos que abandonan sus vidas, sus familias, sus estilos de vida, ávidos de respuestas y una vida mejor que justifique al menos los años dedicados a formarse y especializarse. No se puede ofrecer un puesto de comercial por 500 euros más comisiones, coche por tu cuenta y dietas a discutir.

Deseo que el tiempo ponga en su sitio a los empresarios oportunistas que abalados por la situación, ofrecen sueldos indignantes, conscientes de que te guste o no, no existe otra opción. Jóvenes sobradamente preparados, ejerciendo de vendedores de pizzas o recogiendo mesas en cualquier establecimiento de comida rápida. ¿Es o no exasperante?

Corrupción, prevaricación, tráfico de influencias, sobornos.. Nuestros impuestos son ninguneados al libre albedrío de los poderosos, los que nosotros hemos aupado en sus tronos. Un país gobernado por grandes empresarios que obligan a sucumbir a políticos, pues ellos pagan sus campañas electorales, aseguran su futuro con puestos elevados en cualquiera de sus empresas al terminar su legislatura. A cambio…la traición del pueblo.

 

HACIA DONDE VAMOS

Miradas oscuras. Sandalias de oro con miradas que observan de soslayo. Arrogantes, gallardos, desafiantes. Humanidad que se consume podrida de rencores, envidias y temores. Soberbia. Ser más, tener más, desear lo de los demás. Identidad del hombre. Salir primero en un semáforo, no dejarte adelantar, ser más listo, importante o espabilado que tu prójimo. Ganar más, presumir, admirar. Sensación de superioridad que engorda mofletes de poder sin límites. Tremendas carencias, fosas sépticas de heridas y traumas nunca olvidados. Dolor soportable si es mayor el de al lado. En ocasiones me avergüenzo de ser humano. Odio como buen humano que soy nuestros defectos inherentes, arraigados en lo más hondo de mi ser y de el de cada uno de vosotros. No seamos cretinos, tan pobres de espíritu, al menos la mayoría. Nos cuesta amar sin peros, querer sin confiar, creer sin ver, a donde vamos…

No es melancolía, es que miro y no me gusta lo que veo. Faltan sonrisas, sobran caretos de “tú que miras”, “a mi lado no”, “soy más fuerte que tú”. Prefiero “hola soy…”, “aquí hay sitio”, o “juntos podemos”. ¿Lograremos ver detrás de nuestros viciados ojos? La satisfacción personal no es gratificante si has pisado, trepado y manipulado. Tendrás tu merecido cuando duermas en tus pesadillas, cuando sufras dolor sin entender de donde viene, cuando nunca recibas un “Te quiero” desinteresado. ¿Por qué es tan importante ser alabado, admirado o deseado? Prejuicios socializados que permanecen fuertes en nuestras cortas y precarias vidas. ¿Cuál es la meta? No lo entiendo.

CIUDADANOS EUROPEOS

En los últimos tres años, nuestro vocabulario a sumado frases repetidas y nunca oídas por la mayoría de nosotros, los “españolitos de a pie”: burbuja inmobiliaria, agencias financieras de deuda, déficit público, reserva federal estadounidense, banco central europeo, prima de riesgo y, la que se lleva la palma: ¡DESAHUCIO!

Resulta que: acostumbrados a nuestra calidad de vida, no nos resignamos a perder nuestros privilegios como europeos aunque no lleguemos ni a pedo. Si amigos, bajemos de nuestro pedestal. Todos nos creímos nuevos ricos por la posibilidad de endeudarnos sin límite por una vivienda, y aún sobraba para flipar con tu coche nuevo, un plasma y un viajecito a Egipto. Los bancos y Cajas se frotaban las manos, tenían vía libre para conceder a diestro y siniestro préstamos a cualquiera que presentase una nómina decente o un aval merecedor de mirar para otro lado y suspirar después.

Pensemos, (como decía mi profesor de matemáticas en la universidad). Si yo tengo veinte euros, y pido a mi amigo Luis cuarenta, a cambio de devolverle en décadas sesenta. Mi amigo Luis ha realizado el mejor negocio ya conocido desde que el dinero es dinero, el prestamismo. Pero amigos, si resulta que Luis no tiene los cuarenta y se los pide a Juan a cambio de devolverle cincuenta, y como aval, el valor irreal de la vivienda, engordado por especuladores y permitido por los dos gobiernos presentes durante el crecimiento de la construcción… ¡Ta-ta-tachán! Una auténtica cagada.

No era necesario ser contable, ni experto en economía, todos en la medida de nuestros conocimientos éramos conscientes de que tarde, o más bien temprano, el ritmo delictivo del precio del ladrillo, sumado a una cantidad indecente de dinero irreal, como el precio de la propia vivienda, daría como resultado el caos. Pero ¿quién le quita el cascabel al gato?

Todos endeudados hasta las “orejas” vivíamos felices en la utopía de creer que existiendo bancos que nos dejasen su no dinero a cambio de invertir con el nuestro, por un interés ridículo y muy por debajo de sus ganancias, disfrutaríamos ilusos de un plan de vida deseado por nuestro ajado y  viejo trauma dictatorial que parecía esfumarse convencidos de llevar el nivel de vida europeo deseado.

De verás creen que Noruega, Austria, Bélgica u Holanda han alcanzado tal nivel de vida engañándose a sí mismos. Mientras la economía crecía en una dimensión desconocida, los gobiernos se colocaban sus medallas y se auto-proclamaban hacedores del levantamiento de la economía española. La corrupción, la prevaricación, la especulación, así como el mamoneo tan español como los toros o el flamenco, son de cosecha propia. Es cultural y educacional. Nos encontramos a años luz de nuestros deseos europeos. Seamos honestos, es así.

REALIDAD

Cada uno de nosotros vive su realidad, creamos nuestra propia historia, y lo más importante, la contamos según nos va. Viejos manuscritos, pergaminos, jeroglíficos, son descifrados y traducidos por expertos que, al igual que nosotros, simples mortales, piensan, ven y sienten de manera particular, exponiendo su verdad al resto del mundo. Esos escritos, a su vez, han sido realizados por personas que también los han contado según su criterio, sus observancias y conclusiones. Posiblemente datos que de boca en boca han sobrevivido al tiempo y a diferentes culturas. Quizá tan sólo son fábulas, cuentos, invenciones…

Por tanto, ¿cuán creíble es la historia que nos han enseñado?, ¿por qué fiarnos de otros hombres, cuando por naturaleza erramos, somos falibles e imperfectos.

En la actualidad, basta con leer tres periódicos con diferentes inclinaciones políticas para no encontrar una noticia objetiva ni veraz en su totalidad. Si fuesen descubiertos dentro de dos mil años, ¿se darían por verídicos?

Grandes obras religiosas, compendios de intenciones al antojo de difusas y dispares interpretaciones, como la Santa Biblia o El Corán, llevan mil quinientos y dos mil años respectivamente como guías espirituales de millones de personas. Reescritos en concilios con total impunidad, con un sólo propósito y un fin de sobra conocido. Manipulados con, o sin intención, por hombres, sólo hombres, seamos claros. la Fe ciega pone a su merced el alma, que mece confiada en la cuna de renglones caducados, machistas e intolerantes.

Algún día, cuando ya viejos paseemos por un parque tranquilo, solitario, a punto de anochecer, descansaremos por última vez. Sólo nos quedará en el suspiro final de nuestras vidas, los recuerdos, nuestros recuerdos, una historia que contar, tan real como tú quieras y tan falsa como todas las demás.

 

NI CALIENTE, NI TEMPLADA, NI FRÍA: NORMAL

…Y lo dijo con total naturalidad. Esta fue la «peculiar» respuesta de un cliente que, a mi vera, pidió un café con leche en una apacible cafetería de un pueblo medieval al norte de Madrid. La camarera educada y amable, osó preguntar por la temperatura de tan rico elemento que la buena vaca nos proporciona. Claro, su cara un poema. Yo dediqué dos años de mi vida a servir detrás de una barra; puedo prometer que nunca tuve contestación parecida. No será que desde el otro lado, el ego crece, creyéndonos que por pagar tenemos derecho a decir y pedir lo que nos plazca. Yo no pude por más que echarme a reír. La camarera apuesto que también lo hizo, aunque escondiera su cara contra la cafetera calentando la leche a su libre albedrío.

CAMINO DE BUITRAGO DE LOZOYA

Camino de Buitrago, con Fito de copiloto, cantaba en voz alta mientras mi coche devoraba kilómetros sin cesar, lento pero seguro.

El último CD escuchado, reposaba sobre el asiento de Fito. De pronto un haz de luz solar se coló indiscreto por la ventanilla reflejándose sobre su cara grabada, regalándome un perfecto arcoiris en el techo de mi coche.

No pude por menos que sonreír y alegrarme de estar vivo, respirar cada mañana y poder ver la luna cada anochecer.

MEDITAR

La conciencia del ser humano se tambalea. Crece una corriente trascendental que poco a poco se dirige directo a nuestro atrofiado corazón.

A través de la meditación,  ya sea personal con la ayuda del Yoga, o por medio de danzas como la del “Tao, o Nataraj de Osho”, entre otras; nos volcamos en limpiar cuerpo y alma, sobre todo esta última.

Dice un buen amigo mío, que cada individuo del planeta necesita “resetearse”. Hemos ido todo lo lejos que hemos podido, obviando la esencia de nuestro ser. Amor, energía, fe; llámalo como quieras, pero de una u otra manera todo nos lleva a lo mismo, sustituir lo que hasta hoy dirige, pesando como una losa sobre nuestras lisiadas espaldas, el mundo y el destino del hombre; riqueza, poder, posesiones materiales, dinero, en una palabra; por un compendio de valores esenciales que se resumen en una única respuesta que todo lo envuelve: AMOR. Por ti, por los demás, por lo que nos rodea.

Quizá por fin estemos abriendo los ojos, repudiando nuestra actitud contra natura y empecemos por encontrarnos a nosotros mismos, ubicándonos en el universo que todo lo envuelve y del que irremediablemente formamos parte.

El 12 de diciembre del 2012 todo el planeta se puso de acuerdo por una meditación colectiva sin precedentes. Reuniones, quedadas públicas y abiertas para todo el que quisiera unirse sin criterios políticos, sociales, económicos ni religiosos. Única y exclusivamente para meditar. Una idea surgida en muchos países de todo el mundo de manera espontánea. Cada uno individualmente y a la vez todos juntos. Me apunté.

SI YA LO DECÍA SÓCRATES

399 ac, Sócrates, quizá el pensador y filósofo mejor valorado de la historia de la humanidad, fue condenado a morir ingiriendo cicuta. Su pena: enaltecer a la juventud con ideas contrarias y, por tanto críticas, con la democracia establecida en Atenas.

Siempre a lo largo de la historia, el hombre se ha empeñado en no escuchar al sabio cegado por el poder y la codicia.

Decía Sócrates que no es viable y hasta irresponsable elevar a Jefe de Gobierno a la persona equivocada, ya fuera o fuese por falta de preparación, experiencia o doctrina. Como ejemplo exponía que si algún mal de salud le acaeciera, acudiría sin ninguna duda al mejor especialista médico que pudiera encontrar, instruido en la materia y experimentado sobre la patología a tratar. La opinión de un político elegido por el  pueblo, sin formación en medicina sería descartada. Si tuviese que transportar mercancía valiosa de un punto a otro del planeta, intentaría que el mando del navío lo ocupase el más experto capitán, dotado de los conocimientos necesarios para enfrentarse a los problemas que pudieran surgir en el desempeño de sus funciones. La opinión del mejor orador y carismático votado por el pueblo, desconocedor de la ciencia de la navegación, sería irrelevante, poniendo en peligro el desenlace de la misión.

Con esto no quiero decir en ningún caso que el pueblo no deba elegir a los que han de gobernar nuestro país, faltaría más. Se trata de seleccionar por méritos, para poder votar entre las personas más preparadas bajo el programa electoral que más se identifique con nuestros deseos y propósitos políticos. Los mejores para los puestos más importantes.

Triunfa la evidencia que desencadena la lógica. Por muy trabajador que pueda ser cualquier persona que ha alcanzado un puesto de relevancia en el seno de cualquier partido político, no le habilita para desempeñar según qué cargo de responsabilidad, si carece de los conocimientos necesarios.

Creo que el mejor gobierno sería el más preparado. Un ministr@ de sanidad, podrá ser un buen político, pero deberá conocer desde dentro el funcionamiento de la sanidad, una persona con demostrada experiencia en el sector, capaz de resolver problemas que puedan surgir en el ámbito del cual es responsable. Un ministr@ de defensa, además de sus cualidades como político, civil o no, deberá tener experiencia en el ámbito militar, formado en doctrinas militares y capaz de desarrollar las estrategias necesarias en momentos de crisis o acción, ya sea para la defensa de nuestro país, como en las misiones que se nos puedan presentar desde el seno de las naciones unidas. Cualquiera de los múltiples asesores que se adjudican a nuestros políticos, no me cabe duda que están sobradamente preparados para asumir ellos mismos cargos de responsabilidad a la altura de sus conocimientos Y así con todos y cada uno de los ministerios o puestos políticos del gobierno de la nación. A fin de cuentas, de ellos depende nuestro bienestar económico y social.

De esta manera, se conseguiría desde mi humilde opinión, un gobierno a la altura de lo exigible.  Hasta ahora los ideales nos han demostrado que no gobiernan y  nuestro sistema democrático, plagado de lagunas y falto de renovación tampoco funciona.

Otro día hablaremos de votos efímeros que por derecho ejercemos bajo programas electorales con los que simpatizamos y que se venden como moneda de cambio en coaliciones de ideas contradictorias, con el único fin de gobernar a cualquier precio. Mercado libre con nuestros votos. Yo como Sócrates no termino de entender nuestra democracia.

DESESPERANZA

Sumidos en la desesperanza afloran nuestros más ocultos talentos y virtudes. Cuando lo socialmente aceptado se esfuma en la debacle laboral en la que nos han envuelto políticos y banqueros, nos da por crear.

Inundan la web nuevos escritores, pintores, productores audiovisuales, artesanos… Una amplia gama de personas que descubren sus cualidades cuando el tiempo del que se dispone, gracias al desempleo, les da la oportunidad.

Empeñado en buscar el lado positivo de todo, me acerco de puntillas y me alegro de que salgan a la luz mentes que piensen por sí mismas, sin condicionar ni manipular. Arte en estado puro es lo que necesitamos. Quizá un nuevo romanticismo que nos aleje de lo material que, por lo general, de la mano va de lo corrupto y podrido.