Dulces palabras de alivio cuando te estremece la ansiedad o duele la vida. Abrazos confiados de almas puras de amor incondicional que responden y te acogen en su seno sin más. Un beso leal y sincero significa un instante de felicidad. Detrás de cada detalle se abre un mundo de posibilidades; una puerta a la esperanza. Un paseo reflexivo junto al mar o entre bosques de hermosa espesura destapa angustias, las airea y difumina en el viento. Un nuevo día siempre es posible. Hay que ver muy arriba, desde lo más alto y tratar de no ser tan racional;  creer en lo que sientes. Confiar en un criterio innato, el que instintivamente te guía si lo escuchas desde lo más profundo de tu interior.

A veces una sonrisa, otras, un susurro de ánimo. Insignificantes regalos que curan el alma y multiplican caminos hacia el perdón de otros y la paz con nosotros mismos. Si somos parte de un todo podemos modificar el futuro de nuestros destinos con ínfimos acontecimientos que parezcan irrelevantes. Efectos mariposa por doquier, armónicamente diseñados desde la fe de buenos propósitos y por buenas personas.
No hay que recibir para dar; si das ya has recibido y así lo sientes. Relativizar también ayuda a encontrarte, priorizando lo que de verdad importa. Nadie nos lo ha enseñado, pero todos lo sabemos.