DULCE NO

-¡No!- Dicen sus labios, finos, sutiles; pero los ojos de vos traicionan la razón y vierten sobre mi miradas de afirmación incierta pero deseada.
Vos sonríes. El mejor arma de seducción que apenas vos empleas, pues la mente de vos divaga demasiado en otros lares, tan cercanos, tan lejanos como quieras permitir.
Como un adolescente beso a vos en los labios; huidizo, inseguro de su reacción, pero anhelando el aliento de vos, sus delicadas caricias. De nuevo el –no-, pero más débil, ingrávido, abatido ya por el hechizo embriagador del licor que adereza el menú de una noche inusual, inesperada.
Vos me abrazáis entregada; evitáis así mi boca, tan cercana hoy, nadie sabe mañana…
La razón y el corazón se baten a duelo con balas dulces como caramelos y pistolas que disparan fuegos artificiales; quizá fuera el deseo o el halago, el mimo, la caricia, la noche desvelada; tu traicionera mirada.19082007596

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