NACER O MORIR

Cavila en voz alta lo injusta que ha sido su vida. Pensamientos en retazos, esos que nadie escucha de un viejo.

Llega el momento de abandonar para siempre a sus seres queridos. Dejar una vida que pesa demasiado para su deteriorado esqueleto y su ajado corazón.

No le quedan fuerzas. Se dilatan sus pupilas con un último estertor.

Una luz blanca lo deslumbra. Es pura, limpia, fresca. Deja tras de sí una familia rota por el dolor.

Le embriaga una sensación de bienestar. Vuela en un haz de luz. Se detiene entre nubes de un mar desconocido y vislumbra la meta. Exhausto flota hacia el centro de su átomo particular; una gigantesca medusa que lo acoge agradecida.

Experimenta cambios. Crece; parece desarrollarse de nuevo en una simbiosis física y espiritual.

Se transforma en un nuevo ser.

La luz desaparece. Es empujado hacia un túnel oscuro que no quiere atravesar; pero sigue avanzado y es expulsado a un nuevo mundo.

Llora. Siente frío, hambre y una imperiosa necesidad de calor humano.

Mama por primera vez la leche de la vida.

Ha vuelto a nacer.

2 comentarios sobre “NACER O MORIR”

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