INDAGANDO POR LA WEB

Indagando por la web, mis dedos me sumergieron en decenas de páginas promovidas y encaminadas a la ayuda de familias, especialmente con hijos a su cargo; con información sobre opciones de conseguir vivienda, y, quizás también, trabajo en poblaciones abandonadas o cerca de desaparecer por falta de población. Sus ayuntamientos ofrecían alquileres muy baratos, ayudas para la alimentación y escolarización de sus hijos, a cambio de que se empadronen y comiencen una nueva vida en aldeas perdidas de diferentes comunidades de España.

Inmediatamente después se abría un foro de solicitudes y peticiones. Daban ganas de llorar. Por cada oferta, centenares de parejas, familias, inmigrantes e incluso jubilados en condiciones de pobreza absoluta, más allá de la desesperación, rogaban por ser los elegidos. Tan sólo deseaban un techo para sus hijos. Dispuestos a trabajar en el campo o cualquier otra ocupación a cambio de las ayudas prometidas y un hogar donde criar a su prole.

Podemos seguir mirando hacia otro lado; tarde o temprano será un primo, un hermano o tú mismo al que le llegue una situación parecida. No todos disfrutamos de la suerte del respaldo de una familia que mejor o peor nos ayuden a superar esta crisis inmerecida e injusta.

No quiero pecar de demagogia, desde luego no es mi intención. Harto estoy de conocer amigos que abandonan sus vidas, sus familias, sus estilos de vida, ávidos de respuestas y una vida mejor que justifique al menos los años dedicados a formarse y especializarse. No se puede ofrecer un puesto de comercial por 500 euros más comisiones, coche por tu cuenta y dietas a discutir.

Deseo que el tiempo ponga en su sitio a los empresarios oportunistas que abalados por la situación, ofrecen sueldos indignantes, conscientes de que te guste o no, no existe otra opción. Jóvenes sobradamente preparados, ejerciendo de vendedores de pizzas o recogiendo mesas en cualquier establecimiento de comida rápida. ¿Es o no exasperante?

Corrupción, prevaricación, tráfico de influencias, sobornos.. Nuestros impuestos son ninguneados al libre albedrío de los poderosos, los que nosotros hemos aupado en sus tronos. Un país gobernado por grandes empresarios que obligan a sucumbir a políticos, pues ellos pagan sus campañas electorales, aseguran su futuro con puestos elevados en cualquiera de sus empresas al terminar su legislatura. A cambio…la traición del pueblo.

 

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