Sumidos en la desesperanza afloran nuestros más ocultos talentos y virtudes. Cuando lo socialmente aceptado se esfuma en la debacle laboral en la que nos han envuelto políticos y banqueros, nos da por crear.
Inundan la web nuevos escritores, pintores, productores audiovisuales, artesanos… Una amplia gama de personas que descubren sus cualidades cuando el tiempo del que se dispone, gracias al desempleo, les da la oportunidad.
Empeñado en buscar el lado positivo de todo, me acerco de puntillas y me alegro de que salgan a la luz mentes que piensen por sí mismas, sin condicionar ni manipular. Arte en estado puro es lo que necesitamos. Quizá un nuevo romanticismo que nos aleje de lo material que, por lo general, de la mano va de lo corrupto y podrido.