CARTA ABIERTA (DESPEDIDA DE UN AÑO INOLVIDABLE)

Se acaba el 2015. Un año de contradicciones emocionales.

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Personalmente no podré olvidar fácilmente el año de mi segunda publicación, la primera novela de muchas, espero. Antes, en el año 2012, mi primera irrupción en el casi inaccesible mundo de la literatura se plasmó en un cuento descubierto por una editorial en búsqueda de nuevos talentos para la colección educativa “más que un cuento”. Chivín, la mosca montañera comenzaba su aventura… y la mía.
Con cuarenta años y satisfecho por los logros conseguidos agradezco enormemente las oportunidades recibidas. La implicación de familiares y amigos, el apoyo incondicional de Patri, mi pareja; de Clara, amiga y artista, a mi lado en cada una de las tres presentaciones como autora de la portada que tanto ha gustado a los lectores. La crítica a día de hoy es fantástica. El Rincón de Pierre engancha y el boca a boca comienza a funcionar para mi satisfacción y la de la gente que me quiere y me ha apoyado desde el inicio. Soy consciente de la complicidad de grandes amigos y familiares que no han dudado en desplazarse cientos de kilómetros para disfrutar con nosotros de los eventos celebrados. Javier León, mi editor, es un tipo ejemplar y ejemplarizante. Dotado de una sensibilidad fuera de lo común, no dudó, a pesar de la crisis editorial, a la hora de involucrarse con mi manuscrito. Estaré eternamente agradecido. Laury, mi hermana, con su inagotable corazón ha conseguido dotar de emotivos instantes y adorables encuentros cada oportunidad compartida.

He conocido decenas de personas en este convulso 2015. Buenas personas, nuevos amigos para añadir a una lista que me permite considerarme un privilegiado. Grandes y enriquecedoras conversaciones me han mostrado distintos caminos para abordar según qué situaciones con más claridad de conceptos y visión meridiana. Gracias a todos ellos.

Pasan los años; yo, los recibo encantado. Sonrío a la vida y la encaro de frente, dispuesto a seguir buscando la felicidad cada instante. Crece en mi interior la experiencia, priorizo en pos de lo que siento, de valores nobles. Si muero joven, nadie podrá decir que no he vivido intensamente. Amo y soy amado. ¿Hay algo más importante?

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En contraste con un año feliz para mí, el mundo parece volverse loco. No lo entiendo. No sé dónde iremos a parar. Me afectan más que nuca las injusticias y la falta del respeto a la vida de todos los seres vivos. El maltrato en todas sus variables me repugna. El poder del dinero pudriendo los mares, desolando las selvas y bosques; contaminando el planeta. Nos autodestruimos a pasos agigantados. El ser humano se odia a sí mismo y necesita reventar matando, sumido en la aberración y la sinrazón. Por ello la impotencia se ceba con los que creemos en un mundo diferente donde el poder, el dinero y la religión (que no la fe) no ocupen el papel adjudicado en lo más alto del podium durante miles de años. Se ha olvidado de dónde venimos y no se quiere asumir la culpa, y por tanto, hacia dónde vamos.

Yo seguiré plasmando mis pensamientos en papel, desahogando mis angustias a través de las letras, buscando justicia y defendiendo mis valores escribiendo; es lo que mejor sé hacer y si así alguien se plantea, aunque sea un instante, intentar cambiar las cosas y se une en esta batalla a contra reloj iremos sumando puntos; aunando esfuerzos por una palabra completamente fuera de contexto actualmente: humanidad.

La montaña sigue equilibrando mis pensamientos, recoloca mis ideas en las cumbres, donde desde las alturas todo es relativo e insignificante. Sentirme en comunión con la naturaleza me recuerda que soy humano, un pedazo de existencia en un planeta aún espectacular.

Soy feliz conmigo mismo y con la gente que me rodea. Cumplir sueños no es baladí. Por ello me siento en deuda, por lo que los cuarenta y uno ya cumplidos intentaré ser más comprometido, humilde, amigo de mis amigos, agradecido, honesto, decidido y solidario.

Espero estar a la altura de lo que yo mismo espero de mí. Con tanta gente buena a mi lado será más fácil.

Quiero despedir el año 2015 dando mil veces las gracias a todos los que me quieren y a los que quiero. Los de siempre, los de ahora, los incombustibles e incondicionales. ¡GRACIAS!19082007596

Un comentario sobre “CARTA ABIERTA (DESPEDIDA DE UN AÑO INOLVIDABLE)”

  1. Qué reflexiones tan bonitas amigo Cristian. Qué orgullo haber hecho tantas cosas y sentirte tan realizado y satisfecho. Pero lo que más me gusta es que a los 40 ya has identificado las cosas que realmente son importantes, las que de verdad hacen felices. Has logrado despojarte poco a poco de lo que nos han ido inculcando pero que realmente no tenían cabida en nuestra mochila. Y es que, yo poco a poco me voy dando cuenta de que hay gente que no llega a ese nivel en toda su vida y muere sin saber ser feliz consigo mismo y por lo tanto, con los demás.
    Las grandes cosas que vamoa logrando hacen que nos sintamos orgullosos pero son las pequeñas, las compuestas por sensaciones, sentimientos, miradas y pequeñas caricias las que nos completan y nos llenan de felicidad plena.
    Lejos de prejuicios y de los temidos qué dirán, alejados de críticas poco constructivas y de gente que no aporta nada.
    Enhorabuena por todo, y por tanto.

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