AKIRA

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Te mira sorprendida. No comprende por qué, sin decir ni “guau”, ha sido atacada por un enorme pastor alemán que, para sorpresa de todos, incluido su dueño, sin previo aviso se abalanzó a por nuestra pequeña compañera de piso.
Sientes como se te encoge el alma cuando aúlla de dolor y se refugia en tu regazo, donde a pesar de todo se siente segura, en familia. En un suspiro es atendida de urgencia en la clínica veterinaria donde no la faltan mimos y arrumacos. Una vez sedada, un par de radiografías revelan que el daño solo es superficial, aunque por la extensión de la herida deberá llevar dos drenajes durante seis días, someterse a dos curas diarias y la toma de la medicación correspondiente.
Sus patas de atrás flaquean cuando la curamos, pero consciente de que lo que hacemos es por su bien, espera con valentía a que terminemos y lo agradece con un sutil lametazo.
Veinticuatro horas después, la tenacidad y capacidad de recuperación es sorprendente; se levanta sola, aunque no puede evitar chillar de dolor cuando lo intenta. Su simpático y bailarín apéndice da muestras de emoción al vernos; la falta sonreír. Su mirada, triste ayer, desprende significativos atisbos de gratitud y denotan su mejor estado de ánimo.

No puedo evitar pensar en todos los indefensos animales que son abandonados a su suerte, maltratados, robados para ser sparring de perros potencialmente peligrosos en peleas ilegales y enfermizas, que solo avalan personajes carentes de principios y valores fundamentales. Mezquinos que se ganan la vida con el sufrimiento de otros seres vivos que se dejan la piel fieles a sus deleznables dueños.

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He de reconocer y valorar en su justa medida la dedicación de las personas implicadas en asociaciones sin ánimo de lucro, que de manera altruista donan su tiempo, energías y a veces su mermada economía, por la lucha y defensa de los derechos de los animales.
Estas asociaciones asumen una labor que corresponde a las concejalías de los ayuntamientos implicados y, a mi juicio, dichas instituciones deberían, cuanto menos, financiar y facilitar terrenos para el desempeño de tan noble labor.

2 comentarios sobre “AKIRA”

  1. Mi toma de conciencia por el bienestar de los animales me ha llevado últimamente no soko a ver lo indefensos que pueden llegar a estar, sino lo utilizados, acinados, maltratados, asesinados que son con el consentimiento y beneplacito de quienes aun no han hechi un cambio de cinciencia y al seguir consumiendi carne, hacen que el innecesario sufrimiento siga perpetuándose
    ¿hasta cuando ?
    ¿la vida de un animal mascota vale más que la de un animal de granja , o de circo ? O salvaje ?

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